El avión alemán accidentado en Francia ha puesto en el tapete 3 temas de prevención de riesgos laborales: el seguimiento de las empresas a la salud de sus empleados, las enfermedades sicosociales en el trabajo y la confidencialidad del expediente médico. Analicémoslos desde una perspectiva local.
Luftansa, propietaria del avión, está siendo cuestionada sobre el nivel de conocimiento que tenia del estado de salud su copiloto y los tratamientos por depresión a los que el mismo estaba siendo sometido. ¿Hasta qué punto en nuestro país se da seguimiento a los tratamientos ambulatorios de los empleados?
Podría decirse que la depresión no es una enfermedad laboral, sin embargo, cuando la misma está asociada a las condiciones de trabajo de los pilotos y al mobbing (acoso laboral), el tema adquiere otra connotación. En nuestro país las sicosociales no están en el listado de enfermedades profesionales.
Finalmente, la dilucidación de la condición del copiloto cuestiona la violación de la privacidad del expediente médico, un principio ético universal. Pero a partir de ahora nos quedará la duda al subirnos en un transporte colectivo, desde un autobús a un avión: ¿Cómo anda la salud mental del conductor?
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