Estaba en el suelo, inmóvil, luego de caer de forma abrupta e inesperada de mis patines. Adolorido, solo recuerdo que el primer pensamiento que pasó por mi cabeza fue –“¿Y cómo podré ir a dos fábricas del interior mañana?”. Hacía apenas tres horas que había hecho el compromiso…
Fue mi segunda caída en menos de 2 meses, después de solo una en 6 años. Esto me ha hecho volver a protegerme, tanto porque las lesiones sufridas pusieron en riesgo no solo mi movilidad para el trabajo, sino que también afectaron mi rendimiento en la práctica de otro deporte: el softball.
Muchas personas desarrollan actividades fuera del trabajo que le exponen a riesgos de accidentes, sin que analicen las medidas de prevención a tomar. Cuando hace 8 años volví a montar patines, usaba protecciones de manos, codos y rodillas, las cuales abandoné a medida que me creí “hábil”.
En otra situación fui más precavido: en Las Terrenas, donde el fourwheel es el vehículo estándar, había soñado con montar con mis hijas de 16, 13 y 10 años que nunca los habían conducido (¡yo tampoco!). Al final preferí irme a una auténtica pista de autos a casi 3 horas de allí: diversión con riesgo controlado.
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